¿En qué se basa la Terapia Gestalt?
La terapia Gestalt es un tipo de psicoterapia humanista, originada en la Alemania de mediados del siglo XX. Tiene como mentor fundacional a un neuropsiquiatra alemán de origen judío, Fritz Perls, que supo integrar diferentes corrientes teóricas y disciplinas para diferenciarse de los modelos establecidos, como el determinismo, en el caso del psicoanálisis y el intervencionismo, en el caso de la psicología conductista.
Sin embargo la Gestalt es algo más que un conjunto de técnicas, se presenta ante nosotros como una filosofía de vida. Una forma diferente de concebir las relaciones del individuo con su entorno.
¿Cuáles son sus objetivos?
- El objetivo fundamental que persigue esta terapia es alcanzar un mayor grado de consciencia, lo que en Gestalt se conoce como “darse cuenta”. En Clínica EOS creemos que ese proceso es fundamental, gracias a ello la persona se abre a experiencias más satisfactorias que dan lugar a una mejor calidad de vida y una mayor capacidad de tomar decisiones.
- Una vez se ha avanzado en la toma de consciencia, el segundo paso a seguir es la “integración” de lo nuevo, que significa abrazar la polaridad (conflictos y opuestos) o en otras palabras, que la persona descubra aquello que desconocía de sí misma y que también es.
- Otro objetivo es la búsqueda del “autoapoyo” y la mejoría del contacto interpersonal. Ejercitado a través de los movimientos de contacto y retirada con quienes componen el ambiente de la persona, lo que la rodea, aficiones, etc..
¿Cómo se estructura la Terapia Gestalt?
Un concepto teórico que da nombre y estructura la terapia, es el de “Gestalt”, que define por el hecho de entender que permanentemente se nos abren y cierran ciclos de necesidad a los que nuestro organismo de una manera u otra tiende a satisfacer. Cuando este ciclo es interrumpido, la incomodidad se manifiesta en forma de síntomas. El descubrir y prestar atención a aquellas necesidades no resueltas, si el proceso terapéutico resulta efectivo, llevará a la “autoregulación” es decir a su satisfacción, para luego proceder al cierre de la Gestalt.
Esta terapia posee como un eje fundamental de su práctica el hecho de que el ser humano siempre tiende a la autoregulación organísmica, en otras palabras, a su superación. Postula también, que es lógico y natural que haya ciertas “Gestalt” inconclusas que no se pueden satisfacer y que lo sano sea la aceptación de esta situación.
Parte del trabajo terapéutico será detectar las “Gestalt” inconclusas que continúan en el presente generando desorden y por ende neurosis. Con ese fin se recrean sensaciones, sentimientos y pensamientos, fantasías, imágenes, recuerdos. Se considera que la terapia avanza cuando una persona puede relacionar, sensación con sentimiento e integrarlo con un proceso mental.
¿En qué consiste el trabajo terapéutico?
En la práctica se presta mucha atención al cuerpo, a la postura, a las expresiones faciales y a cualquier otro movimiento temporal o crónico. También se tienen en cuenta los sueños y fantasías, entendiendo los sueños como verdaderos mensajes existenciales.
La integración de los conflictos y opuestos o polaridades, se trabaja recreando experimentos como la “silla vacía” que promoverán la consciencia sobre patrones de conducta. Otro tipo de experimentos que se recrean son visualizaciones, técnicas teatrales, decir “no”, exagerar movimientos con el cuerpo, entre muchos otros. Este tipo de ejercicios surgen del contexto inmediato de la sesión y pueden ser tan diversos como permita la creatividad del terapeuta.
Por último la toma de consciencia implica darse cuenta de que cada uno es responsable de la calidad y la dirección de su vida. Se puede evitar asumir esto con un lenguaje irresponsable y de excusas, pero básicamente cada uno crea su existencia y su conducta implica decisiones.
Darse cuenta, integrar y hacerse responsable son conceptos fundamentales de este trabajo terapéutico que busca sobretodo una forma de estar presente aquí y ahora.