Las secuelas del trauma en el organismo

mujer triste llora sentada contra una pared en un túnel

El recuerdo del trauma permanece en el cuerpo

El trauma es una experiencia psicofísica, incluso cuando el hecho traumático no origina ningún daño físico directo. El cuerpo humano recuerda las experiencias traumáticas desatando síntomas somáticos y psicológicos. Es una verdad ampliamente demostrada que los eventos traumáticos dejan profundas secuelas en el cuerpo y en la mente, es sin lugar a dudas una conclusión bien documentada y establecida dentro de la comunidad psiquiátrica.
En este texto queremos referirnos a los efectos específicos del trauma dentro de la sintomatología del Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), donde el trauma sigue siendo recordado y no opera como el resto de los recuerdos relegados a nuestro pasado. El trauma invade la realidad visual, auditiva y la realidad somática del individuo que lo padece. Se reviven una y otra vez los hechos amenazantes y la mente y el cuerpo reaccionan como si esa experiencias todavía estuvieran sucediendo, permaneciendo mucho tiempo después de haber vivido el suceso.
Nos gustaría aclarar que no todos los que sufren un acontecimiento traumático desarrollan con posterioridad TEPT, entre las posibles explicaciones que se tienen en cuenta podrían influir la preparación de la persona ante un estrés esperado, las respuestas de lucha o huida exitosas, el desarrollo de la persona, sistema de creencias, experiencias pasadas, recursos internos y apoyo del entorno.

La hiperestimulación del sistema nervioso

La hiperestimulación del sistema nervioso se da a través del sistema límbico ubicado en el cerebro, entre el tallo cerebral y la corteza cerebral. Esta parte del cerebro es la encargada de regular los comportamientos de supervivencia, (entre los cuales opera el mecanismo de lucha o huida ante una amenaza) y las expresiones emocionales. Por otro lado también ayuda al procesamiento de la memoria. El sistema límbico está íntimamente relacionado con el sistema nervioso autónomo con sus dos sistemas el nervioso simpático (SNS se activa en situaciones de peligro, esfuerzo o estrés ) y el nervioso parasimpático (SNP se activa en situaciones de descanso y relajación) .

Eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal Eje hipotalámico-hipofosario-adrenal

El sistema límbico se activa en situaciones extremas, como una amenaza traumática, liberando una serie de hormonas que preparan al cuerpo para una acción de defensa. Acto seguido se activa la amígdala dando señales de amenaza al hipotálamo activándose el sistema nervioso simpático, liberándose la hormona corticotropina. La activación del SNS activará a su vez las glándulas suprarrenales para liberar epinefrina y norepinefrina preparando al cuerpo para la lucha o huida. En el SNP se activa la glándula pituitaria para liberar la hormona adrenocorticotropa, la cual activará las glándulas suprarrenales para liberar hidrocortisona y cortisol. Una vez el hecho traumático ha finalizado y la lucha o huida ha resultado favorable el cortisol frena la alarma activada en el cuerpo recuperando éste su homeostasis. Todo este complejo mecanismo es el denominado Eje hipotalámico-hipofosario-adrenal.
En las personas que sufren TEPT algo falla en este sistema, las glándulas suprarrenales no liberan el cortisol necesario para detener la sensación de alarma por lo que a nivel químico la reacción de alarma típica del TPET posiblemente se deba a una deficiencia en la producción de cortisol. Esto también puede estar influenciado por la percepción en el sistema límbico.

La respuesta del cuerpo ante una amenaza que se recuerda

Ante una amenaza o hecho traumático se activan en nuestro organismo una serie de respuestas fisiológicas que nos preparan para enfrentarnos o huir de la situación, es una respuesta de supervivencia adecuada y adaptativa. Una de ellas es cuando el sistema límbico activa el Sistema Nervioso Autónomo (mecanismo de lucha o huida) para enfrentarse a la situación amenazante. Si el SNA mantiene activándose de forma crónica, incluso cuando la amenaza ya sucedió y se ha sobrevivido, estamos hablando de TEPT. El hecho traumático se mantiene aleatoriamente en el tiempo, más que ocupar su lugar en el pasado, apareciendo repentinamente en el presente de la persona, como si estuviese sucediendo en el aquí y ahora.
En el sistema límbico hay dos áreas que juegan un papel central en el almacenamiento, archivo y recuerdo de los eventos traumáticos, la amígdala y el hipocampo. La amígdala contribuye al procesamiento de memorias emotivas altamente cargadas, se encuentra especialmente activa, cuando ocurre el suceso traumático, como cuando se recuerda. El hipocampo contextualiza los hechos que nos suceden organizando cronológicamente nuestras experiencias vitales. Esta función del hipocampo es de vital importancia respecto al TEPT, ya que una de las características de éste es la sensación de que el trauma aún no ha acabado. Estudios han demostrado que la actividad del hipocampo frecuentemente se encuentra disminuida mientras se produce la amenaza traumática, por lo que el apoyo en el procesamiento y almacenamiento de un evento está ausente. Sucediendo esto, el hecho traumático no logra ubicarse en su posición adecuada dentro de las vivencias de la persona y se persiste en asaltar su presente, esto es lo que ocurre cuando los flashbacks hacen revivir el hecho traumático.

Fuente:
Rothschild,B.; El cuerpo recuerda. La psicofisiología del trauma y el tratamiento del trauma, Ed. Elefthería, 2015
Imágenes:
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