El cansancio

El cansancio físico y mental

El estilo de vida actual, largas jornadas laborales, el estrés diario, infinitas listas de obligaciones, un mal descanso pueden ser motivos de cansancio y al despertar en el día a día, muchas veces, no se tiene la sensación de que el sueño haya sido tan reparador como nos hubiese gustado.
Cuando el cansancio supone un estado normal en nosotros al punto tal que llega a causar una sensación de debilidad corporal, o dificultades para concentrarnos y los síntomas se agravan es recomendable visitar a nuestro médico de confianza para que evalúe las diferentes posibles causas.

¿Por qué a pesar de descansar sigue la sensación de cansancio en nuestro cuerpo?

Si a pesar de descansar nos seguimos encontrando bajo los signos del cansancio, debemos tener en cuenta que algunos de los causantes pueden estar asociados a enfermedades o estados vitales:

  • Infecciones
  • Enfermedades infecciosas causadas por bacterias, hongos o virus
  • Problemas del sistema inmunitario
  • Enfermedades cardiacas y afecciones cardiovasculares
  • Falta de vitaminas
  • Depresión/ Burn Out / Estrés / Síndrome de estrés post-traumático
  • Diabetes
  • Hipotiroidismo
  • Enfermedad de Crohn
  • Cáncer
  • Efectos secundarios por tratamientos farmacológicos
  • Embarazo
  • Menopausia
  • Anorexia o bulimia
  • Síndrome de apnea del sueño / Insomnio

Otras causas del cansancio

Otras posibles causas podrían relacionadas con un sobresfuerzo físico o intelectual donde los recursos naturales del organismo se ven sobrepasados y cuando se expone demasiado tiempo al organismo a esta situación el cuerpo manifiesta signos de extenuación dando la voz de alarma, indicándonos que debemos bajar la intensidad de nuestra actividad diaria.
Afortunadamente el cansancio no siempre se encuentra vinculado a un agotamiento crónico o a enfermedades y se puede revertir este estado descansando más horas y restableciendo el equilibrio natural del cuerpo a través del descanso necesario para reponer fuerzas y de una alimentación equilibrada.

El cansancio mental

mujer bostezandoPero también es posible que el cansancio provenga de una excesiva actividad mental, pensamientos rumiantes, repetitivos, negativos que no hacen más que generar un extenuante ruido mental que provoca efectos nocivos, alejándonos de nuestro equilibrio natural y que genera otro tipo de cansancio ligado a un agotamiento mental. Dar rienda suelta y no controlar esos pensamientos negativos e innecesarios provoca una disminución en la capacidad de concentración, desgano, poca claridad y una merma en nuestra capacidad resolutiva.
Otro tipo de pensamientos ligados al de agotamiento mental son los vinculados a hechos que sucedieron en el pasado, dando vueltas constantemente sobre lo ya ocurrido, como si de esa manera logramos modificar lo pasado, cuando sabemos perfectamente que no es así. Todo esto supone un esfuerzo del que no somos conscientes y que nos debilita. De igual forma proyectar hechos que aun no han sucedido, estar pensando reiteradamente en nuestro futuro supone una carga de ansiedad muchas veces difícil de gestionar y que de igual manera genera un desgaste innecesario al que nos sometemos.
Asimismo otro factor que incide el desgaste mental es una mala gestión ante el cambio, cuando oponemos demasiadas resistencias ante sucesos que escapan a nuestro control y  nos cuesta adaptarnos reaccionando negativamente aferrándonos al plan previo, surge una lucha interna entre lo que desearíamos que fuera y lo que en realidad es.

Aprender a parar

Es fundamental parar un momento y replantearse a dónde conducen ese tipo de pensamientos, qué real utilidad tienen ya que muchas veces el agotamiento mental se sucede por esa guerra interior entre decisiones que debemos tomar y las que en realidad tomamos. Todo ese ruido mental puede detenerse y es muy útil incorporar prácticas que acallen esa voz interior, esos pensamientos inútiles que tanta energía nos roban.

Estrategias para el cambio

Algunas estrategias que ayudan a silenciar la mente son la práctica de ejercicio físico regular, el mindfulness, la meditación, estar en contacto con la naturaleza. Dedicar un mínimo espacio de tiempo a estas actividades tiene consecuencias muy positivas que influyen favorablemente en nuestro bienestar.
Todos poseemos la capacidad de controlar nuestros pensamientos, lograrlo es un ejercicio constante de observación y de distanciamiento, pero cuando se logra y se asume el control,  se consigue dirigirlos a nuestro favor sin derroches innecesarios de energía.

Imágenes:
riesma pawestri
IgnacioLeo
Fuentes:
ANDRÉ, C., Los estados de ánimo, el aprendizaje de la serenidad. Ed. Kairós, 2014
http://elpais.com/elpais/2015/01/23/eps/1422018427_336669.html