La pareja como espacio de crecimiento

El encuentro con el otro

pareja dándose la mano
Todo enamoramiento verdadero implica una transformación personal importante. Buscamos en el encuentro con el otro, el sentimiento de unidad, de pertenecer y formar parte de algo más allá de nosotros mismos.
Pasada la fase de enamoramiento, comienza a evidenciarse la totalidad de la realidad del otro y aceptar como es realmente la persona que hemos escogido, supone  un aprendizaje que implica querer tanto las virtudes como los defectos del compañero. Lo ideal es tratar de construir una relación en la cual se parta del supuesto de que si bien la pareja nos aportará un aspecto que hará a nuestra felicidad, no será la relación, la última responsable de que ese estado se consolide en nosotros. Se ha construido una visión romántica, idealizada e infantil del amor, sin embargo éste exige voluntad y compromiso, hay que cuidarlo y encaminarlo a pesar de las diferencias de valores, de los conflictos, de los deseos individuales y del sistema de creencias que por el cual operamos individualmente.

En lo cotidiano reside el secreto de las buenas relaciones

El amor exige pequeños esfuerzos diarios realizados con insistencia y dedicación. Se ama cuando se quiere el bien de la otra persona, se busca la felicidad en un constante dar y recibir. En lo cotidiano reside el secreto de las buenas relaciones, las pequeñas cosas son las más importantes. Implica un vínculo real de compromiso para compartirlo casi todo, en un constante y equilibrado dar y recibir, dar y recibir amor.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que un exceso de expectativas puede hacer tambalear el amor, no podemos pretender que la pareja sea un espacio para la satisfacción de todas nuestras fantasías, seguiríamos perpetuando un modelo de amor infantil y poco realista .
pareja de personas mayores

Por tanto nos preguntamos, ¿cuáles serían las bases para que una pareja pueda vivir en armonía? Estos serían los requisitos fundamentales para su buen funcionamiento y consolidación:

  • Bienestar: las cosas deben ser fáciles, que la relación fluya sin desgastes a nivel emocional.
  • Compatibilidad: que los compañeros/as no sean de una naturaleza demasiado diferente.
  • Compañerismo: transitar un camino común, donde cada uno de los integrantes de la pareja se sienta acompañado, estando ambos en sintonía con los intereses de cada uno.
  • Confianza: creer y confiar en la pareja, tener la certeza que cada uno de ellos quiere lo mejor para el otro.
  • Desear el bien del otro: apostar por un “nosotros”, encontrando en la felicidad del otro la propia sensación de felicidad.

Lograr que en una pareja se reúnan estas condiciones no es tarea fácil, algunas parejas reunirán algunas, otras parejas otras, pero el secreto residirá en tratar de concebir la pareja más al servicio de un “nosotros” que de un “yo”, tratando de ser conscientes de que si realmente encontramos, de alguna manera, la felicidad propia en la felicidad del otro.

Fuentes:
Garriga, Joan, El buen amor en la pareja, Ed. Destino, 2016.
Krishnamurti, J., Sobre el amor y la soledad, Ed. Kairós, 2012.
Imágenes:
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