Amor, Comunicación y Redes Sociales

Nuevas formas de encuentro

Cuando se decide utilizar algunas redes sociales para establecer contacto con otras personas se plantean básicamente dos posturas, buscar pareja o conocer gente para pasar un buen rato. A partir de ahí las cartas están echadas y de la interacción entre las personas, cada una con sus propias expectativas, surgen diferentes cuestiones.

Sin lugar a dudas uno de los aspectos más relevantes es el de la comunicación y las pautas para relacionarse.

Un escaparate virtual

Hablemos de Tinder, una de las apps más utilizadas para ligar. Se calcula que a nivel mundial hay en torno a unos 50 millones de usuarios. Esta app se ofrece como una herramienta que pone a disposición del usuario una cantidad impresionante de posibilidades de elección en función

de tres criterios de búsqueda, sexo, edad y proximidad.

La elección final se da mediante de las imágenes cada usuario cuelga en su perfil.

Podríamos decir que la aplicación representa una macro galería virtual, en la cual se tiene acceso a una cantidad exorbitante de personas. Realmente abrumador. Esta falsa ilusión, en algunos casos, alimenta tendencias compulsivas, ya que se pueden concretar citas, pasar un momento agradable pero de fondo está la idea latente de que siempre puede haber alguien mejor esperando.

Búsqueda de satisfacción inmediata

Es muy común que usuarios accedan a la app para simplemente ver perfiles como mera distracción, consumo de imágenes. Asimismo, se tiende a buscar cierta satisfacción a través del match generado con otras personas. Este tipo de acciones generan dependencia ya que liberan en el cerebro sustancias que generan placer. Está demostrada la relación entre el uso de la tecnología y las redes sociales, cuando se produce un signo de aceptación por parte de los otros, mediante un mensaje de texto, un like o un match, como consecuencia nuestro cerebro libera dopamina, generándonos placer.

Otra forma de relacionarse

Otro aspecto importante relacionado con esta clase de redes sociales es que han generado prácticas que se alejan de las formas tradicionales de relacionarse. En la vida real nos tenemos que enfrentar a las situaciones. Para poder establecer contacto con la persona deseada se deben poner de manifiesto una serie de habilidades para seducir a la persona. Mediante el uso de las redes sociales evitamos esa primer toma de contacto, con lo todo lo que eso implica, la posibilidad de mejorar nuestras habilidades y o enfrentarnos a situaciones desagradables y tener que lidiar con la angustia que nos pueda producir. Como consecuencia no se favorece al desarrollo de una mayor tolerancia a la frustración, por no conseguir aquello que deseábamos, sino que se busca la satisfacción, saltando de perfil a perfil de nuevos usuarios hasta conseguir concretar un encuentro.

Nuevas prácticas en la comunicación

Ahora bien, ¿el tipo de comunicación que se establece tiende a facilitar el contacto o por el contrario favorece nuevas conductas que afectan negativamente a las personas involucradas? Estos son algunos de los comportamientos que han surgido a partir del uso de las redes sociales:

  • Ghosting: gradual desaparición de la pareja, ya sea hombre o mujer, en relaciones de diferentes grados de compromiso e intensidad, donde uno de sus integrantes deja de comunicarse, con el objetivo de poner fin a la relación.
  • Benching: mantener a una persona como segunda opción. La comunicación continúa ocasionalmente mediante WhatsApp o algún guiño en otras redes sociales con la idea mantener la relación pero sin concretar encuentros.
  • Zombing: interacción inesperada en una o diferentes redes sociales, luego de un tiempo nula comunicación, con el fin de ver la reacción de la otra persona.

 

Buscar un sano balance

Este tipo de aplicaciones ¿facilita la búsqueda de parejas o más bien fomenta una búsqueda insaciable ante el abanico de posibilidades que se ofrece? Posiblemente vaya en función de cómo se la utilice y del equilibrio que se pueda establecer entre las relaciones que se mantengan tanto a nivel virtual como personal. Posiblemente algunos usuarios al comenzar a utilizarlas generen conductas de tipo compulsivas ante el efecto novedad, pero gradualmente su uso se irá regulando y dejará de estar en un primer plano en orden de prioridades.
Creemos que este tipo de herramientas debe verse como una opción más ante el abanico de posibilidades que se ofrecen, puede ser una opción viable y que se complemente con otras.

El secreto estará, como comentábamos antes, en no centrarse exclusivamente en una opción,  para así generar un balance más sano y adaptativo.

No obstante usar una red social no siempre es del agrado de todos…

 

¿Qué peligros presentan las redes sociales?

  • Dificultad para establecer relaciones reales. Con esto no me refiero a que las relaciones que uno puede iniciar online son siempre falsas. Pero sí que hay diferencias entre cómo se encuentran las personas. En el encuentro cara a cara, se mueven otros factores a tomar en cuenta como el tempo (si me preguntan algo tendré que responder al momento y no pensarlo durante una tarde); lenguaje no verbal (ritmo de la respiración del otro, gestualidad, sencillamente cómo me siento delante de esta
  •  persona)
     
  • Distracción: está claro que el entretenimiento y la distracción son elementos necesarios para compensar nuestro día. El problema comienza si todo nuestro día es vivido como una distracción en la cual no somos capaces de acabar ninguna tarea y tenemos la sensación de no saber en qué hemos utilizado nuestro tiempo.
  • Polarización:A nivel ideológico, se ha visto que las redes sociales acaban agrupando por iguales. Por lo tanto, yo solamente me rodeo de gente que piensa como yo y no me permite nutrirme de otros pensamientos que pudiesen invitarme a cuestionar mi posición. En consecuencia, nos enfrentamos a realidades cada vez más polarizadas donde no somos capaces de observar/escuchar al otro. Por un lado, es una cuestión de aptitud y por el otro es que no hay un espacio de encuentro con lo diferente.
  • Manipulación: aquel encuentro aparentemente azaroso de un producto o sugerencia de amistad, realmente está motivadopor un interés comercial. Hasta aquí no parece más peligroso que perder un poco de dinero, pero el problema es que la manipulación llega al punto de implantar ideas. Actualmente, los esfuerzos que se destinan a la inteligencia artificial intentan no sólo entendernos (nuestro comportamiento, estado de ánimo, deseos, necesidades) sino en adelantarse. Así acabo comprando o haciendo algo para lo que no tenía necesidad ni deseo, pero es que encima ni tan sólo soy consciente de la manipulación.
  • Desinformación: la paradoja de nuestra situación actual es que teniendo más información que nunca antes en la historia humana somos más vulnerables a encontrarnos (y creer) información falsa. Esto tiene una gran relevancia cuando se trata de nuestra salud. Sólo hace falta hacer una búsqueda sobre páginas que apoyan conductas lesivas o de restricción alimentaria para darse cuenta que puede ser peligroso creerse lo que uno lee.
  • Sensación de vacío: los seres humanos somos mamíferos y por lo tanto seres sociales. Necesitamos estar en conexión con nuestros iguales. Las redes pueden ayudarnos a mantener estas conexiones, pero si estas relaciones no son reales pueden dejar a la persona más sola de lo que se sentía en un inicio.
  • Adicción: cada vez son más las personas (tanto adultos como jóvenes y en algunos casos hasta niños) que presentan conductas adictivas en relación a las redes y la tecnología. Más que las horas invertidas, lo importante es observar el nivel de interferencia que tienen en la persona, su conducta y su forma de relacionarse.

Fuentes:
http://www.lanacion.com.ar/1924451-del-ghosting-al-benching-las-nuevas-formas-de-crueldad-romantica
Ortíz Barraza, Adriana ; El amor en los tiempos de las redes socialesSociedad Psicoanalítica de México. DF, México