La terapia Gestalt es un tipo de psicoterapia humanista, originada en la Alemania de mediados del siglo XX.
Sin embargo la Gestalt es algo más que un conjunto de técnicas, se presenta ante nosotros como una filosofía de vida. Una forma diferente de concebir las relaciones del individuo con su entorno.
Un concepto teórico que da nombre y estructura la terapia, es el de “Gestalt”, que define por el hecho de entender que permanentemente se nos abren y cierran ciclos de necesidad a los que nuestro organismo de una manera u otra tiende a satisfacer. Cuando este ciclo es interrumpido, la incomodidad se manifiesta en forma de síntomas. El descubrir y prestar atención a aquellas necesidades no resueltas, si el proceso terapéutico resulta efectivo, llevará a la “autoregulación” es decir a su satisfacción, para luego proceder al cierre de la Gestalt.
Esta terapia posee como un eje fundamental de su práctica el hecho de que el ser humano siempre tiende a la autoregulación organísmica, en otras palabras, a su superación. Postula también, que es lógico y natural que haya ciertas “Gestalt” inconclusas que no se pueden satisfacer y que lo sano sea la aceptación de esta situación.
Parte del trabajo terapéutico será detectar las “Gestalt” inconclusas que continúan en el presente generando desorden y por ende neurosis. Con ese fin se recrean sensaciones, sentimientos y pensamientos, fantasías, imágenes, recuerdos. Se considera que la terapia avanza cuando una persona puede relacionar, sensación con sentimiento e integrarlo con un proceso mental.
La integración de los conflictos y opuestos o polaridades, se trabaja recreando experimentos como la “silla vacía” que promoverán la consciencia sobre patrones de conducta. Otro tipo de experimentos que se recrean son visualizaciones, técnicas teatrales, decir “no”, exagerar movimientos con el cuerpo, entre muchos otros. Este tipo de ejercicios surgen del contexto inmediato de la sesión y pueden ser tan diversos como permita la creatividad del terapeuta.
Por último la toma de consciencia implica darse cuenta de que cada uno es responsable de la calidad y la dirección de su vida. Se puede evitar asumir esto con un lenguaje irresponsable y de excusas, pero básicamente cada uno crea su existencia y su conducta implica decisiones.
Darse cuenta, integrar y hacerse responsable son conceptos fundamentales de este trabajo terapéutico que busca sobretodo una forma de estar presente aquí y ahora.