El trastorno negativista desafiante en niños y adolescentes… ¿Qué es?

Este problema suele causar una convivencia muy difícil con los hijos.
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En Clínica EOS te informamos que es el trastorno negativista y conlleva este trastorno para que lo detectes con tiempo y puedas tomar medidas.

¿Tu hijo/a esta constantemente irritable o enfadado?
¿Tiene problemas de comportamiento en la escuela, en casa y en otros?
¿Suele molestar a los demás niños?
¿Cuándo le pides que haga algo, se enfada y no obedece nunca, de forma diaria (negativista)?
¿Reconoce sus errores o siempre cree que los demás tienen la culpa?
¿Es vengativo o rencoroso?
¿Hace seis meses o más que se comporta así?
Todas estas preguntes si se contestan afirmativamente, entonces es probable que tu hijo se beneficie mucho de realizar una evaluación psicológica para determinar si realmente tu hijo o hija tiene un problema, o si, por el contrario, se trata de actitudes normales puntuales que sólo requieren de alguna pauta de crianza o conductual para ayudarte a ti como progenitor.
Según el Manual diagnóstico de los trastornos mentales DSM-5R (2014), el trastorno negativista desafiante se caracteriza por:

“un patrón enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con 4 síntomas de cualquier de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.”

Por tanto, si tu hijo o hija tiene por lo menos 4 de los síntomas siguientes conviene realizarle una evaluación psicológica:

  1. A menudo pierde la calma
  2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad
  3. A menudo está enfadado o resentido
  4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes
  5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad.
  6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
  7. A menudo culpa a los demás por sus errores y mal comportamiento.
  8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.

Recordemos que para que cualquier persona sea diagnosticada con un trastorno negativista, el problema debe de ser frecuente, persistente y afectar a diferentes ámbitos de la vida, impidiendo de la persona haga su vida normal, provocando a su vez, que los padres se inhiban de hacer ciertas actividades.
Tener unos síntomas no implica necesariamente tener un trastorno. La mayoría de las personas de forma no patológica experimentan momentos de tristeza, ansiedad, estrés o nerviosismo, los mismos síntomas son patológicos o no, en función de su intensidad y frecuencia de aparición, por eso, la línea que separa lo normal de lo patológico es muy difusa y en muchos casos, difícil de determinar.
Este trastorno del comportamiento normalmente va asociado a otros problemas familiares que persisten, sobretodo, puede ser influenciado por pautas de crianza poco adecuadas para el carácter del niño en concreto o bien, por traumas familiares pasados de los propios padres, que quedaron sin resolver.

Es muy importante entender que, más que intentar cambiar al hijo o “quitarle el problema”, un psicólogo infantil se debe centrar en entrenar y a los padres, porque lo que hay que cambiar es la manera de interactuar que se tiene con el niño o niña; esto a su vez, será lo que provoque los cambios en el niño.

En la mayoría de problemas infantiles es necesario que los padres actúen como co-terapeutas en la terapia del niño para que los padres apliquen las técnicas en casa, y en muchas ocasiones, son los propios padres los que necesitan realizar su propio proceso terapéutico personal para poder sostener tanto estrés que conlleva un problema familiar de estas características, así como la resolución de sus propios traumas, la cual influenciará directamente en la manera que tienen de relacionarse con sus hijos y por tanto en los trastornos que ellos puedan tener.